La RAE dice que la incertidumbre es la falta de conocimiento seguro y claro de algo.
A todos nos ha pasado a ratos, y (casi) siempre logramos superarlo.
El cliché dicta que hay pruebas que la vida (o el destino, o Dos, o cualquier otra manifestación metafísica que rija nuestras acciones) nos pone y que si no nos mata nos hará más fuertes.
Varias han sido las ocasiones en las que me ha tocado sortear tan mundanamente comunes momentos, y he creído que en efecto el cliché tiene algo de razón.
Han pasado algunos 9 días de esta última crisis y aún no aparece la certeza de lo que está claramente dilucidado y escrito (como dicta ese otro cliché).
Ha sido mi decisión no hablarlo ni con la almohada, estoy en una etapa de negación con la que (desatinadamente) pretendo convencerme a mi mismo que nada está pasando.
Lo único cierto hoy es que no hay idea de lo que vendrá.
Cambiar algo que haz vuelto costumbre por 15 años o quedarte en esa inamovilidad enfermiza por temor al cambio.
Afortunadamente yo no tomaré la decisión, no me corresponde en este caso, eso lo decidirán los demás.
Quien me ha llenado de orgullo hoy está tambaleando, enfrentándose cara a cara con esa incertidumbre y nunca, (ni siquiera en el que yo consideraba su momento más vulnerable) había demostrado tener miedo; hoy lo hace y no por el, sino por los que estamos a su alrededor.
Con suerte esto pasará en unos días.
y sin suerte.... aún no estoy listo para pensar este escenario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario