17.11.11

Mi reino por un valium.

Hay que ser muy ingenuo para creer que podemos cambiar.
Hay que ser muy tonto para pretender que hemos cambiado
Hay que ser muy necio para no aceptar que seguimos siendo los mismos
Hay que ser muy inteligente para darnos cuenta que no cambiaremos
Hay que ser muy optimista para asumirnos felices
Hay que ser muy valiente para dar un paso adelante, aunque sea en otra dirección.
No quiero ser ingenuo, 
No quiero ser tonto, 
No quiero ser necio, 
Creo que soy inteligente,  por lo tanto me asumo optimista, pero sobretodo, me asumo valiente.

Toda la vida he pregonado ser un ente pacífico, le doy la vuelta a las confrontaciones y detesto la violencia.
Toda la vida he creído que aquello que te torna agresivo debe ser remediado.

Muy a tono con mi ya de por si trastornada personalidad es lógico haber estado en el centro de un ataque de ansiedad (a falta de terminología científica que describa mi estallido emocional) que terminó por desbaratarme.
Eso es lo que sucede, supongo, cuando se vive una vida como la mía.
Decían que si era por la falta de una figura paterna
Decían que si era por la falta de apego hacia una familia inexistente
Decían que si era por mi nula intención de ser ordinario
Decían muchas cosas y todas tenían algo de verdad.
El punto es que a base de esfuerzo y otros métodos menos ortodoxos salí de esa etapa.
Creía que esa etapa regresaría solamente como una de esas viejas historias que nos sirven para creernos menos ordinarios que el resto.
No podía estar más equivocado.

DISCLAIMER: Nunca ha sido mi intención exponer mis fobias y mi retorcida existencia.
Supongo que lo hago porque de alguna manera tengo que sacarlo de mi sistema.
Me he condicionado a creer que hacerlo de esta manera no cuenta.

Volver a vivir esos ataques no es precisamente divertido.
Lo curioso del caso es que de alguna manera lo presentía y es por eso que la ansiedad llegó unos minutos antes.
No sé con certeza como fue que pasé del punto A al punto B.
Verme (o escucharme) en ese estado fue mi fondo.
Darme cuenta que fui incapaz de controlar mis palabras es una señal que comprueba que algo no está funcionando.
Creo ser yo el problema, pero también creo que no soy el único causante.

Ser valiente es la única opción que me queda.
Desafortunadamente he regresado a los globos y los soles de hace 13 años.
Esta vez espero que funcione (diazepam al rescate)

Y pensar que se lo debo a quien menos esperaba solo vuelve esto más complejo.






No hay comentarios: